Allí estaba él; sangraba agonías y enseñándoles a comer a mis escorpiones.
Allí estaba él con mi odio;
Hablando de ciencias del dolor y cosas podridas que me obligaban a vomitar en el rostro de lo cotidiano.
Aquí está: Es un verso gigantesco y agresivo
Maldito asesino de los tiempos…
Este es mi cuerpo me dijo, recordá mi nombre para siempre:
Leopoldo María Panero/
“Me celebro y me odio”
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